El 23 de noviembre de 1221 nació en Toledo el Rey Alfonso X, hijo de Fernando III y Beatriz de Suabia. Se cumplen ahora 800 años de su nacimiento. El monarca destacó, entre otras cosas, por su profunda devoción mariana. En los lugares que reconquistaba a los musulmanes, mandaba construir ermitas y poner al culto imágenes de Vírgenes para que germinase nuevamente la fe cristiana.
En 1262, conquistó las tierras señoriales donde hoy se encuentra la aldea de El Rocío; y se levantó la primera ermita a Ntra. Sra. de las Rocinas, consciente en rey sabio que aquel lugar de encrucijada de caminos sería buena simiente para difundir la fe y el amor por aquella imagen que hoy es Patrona de Almonte.
El primer testimonio escrito de aquella ermita lo dejó plasmado su bisnieto, Alfonso XI, en el Libro de Montería, escrito hacia 1340: “…e señaladamente son los mejores sotos de correr cabo de una iglesia que dicen de Santa María de las Rocinas”, destaca, cuando describe aquel lugar. Se había consagrado una historia que llegaría hasta nuestros días.
Aquella ermita tenía diez varas de largo y estaba orientada al sur, era de un sencillo estilo mudéjar, con techumbre de madera a tres aguas y compás. A lo largo de la historia, sufrió ampliaciones y reformas importantes, no obstante permaneció levantada hasta mediados del siglo XVIII.
Sobresale también del legado del monarca, la expansión del español, gracias a la traducción de numerosos tratados del árabe y el latín. Así como las Cántigas de Santa María que, por su riqueza musical, se las cataloga como la canción monofónica más importante de la literatura medieval occidental, un estilo aplicado por los trovadores de la época para cantar a la Virgen María.
Hoy la Hermandad Matriz ha recordado esta efeméride en sus redes sociales y avanza que en el próximo número de la revista de investigación Exvoto, que edita la institución anualmente, abordarán en uno de sus trabajos sobre el monarca y su vinculación con Almonte y El Rocío.