El 19 de marzo de 2020, festividad de San José, poco después de iniciarse el confinamiento nacional y tener que cerrar la Parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción de Almonte, la Hermandad Matriz puso a los pies de la Virgen, entre su candelería, una vela que desde entonces siempre permanece encendida. El motivo: por los enfermos de Covid-19.
“Para que la Virgen interceda y sea pronta su recuperación”, manifestaba la institución rociera en sus redes sociales entonces. Una vela que destaca entre las demás, por su color verde esperanza. Un sentimiento con el que los rocieros afrontan una nueva primavera, que ha comenzado sin embargo, con la frenada en el descenso de contagios. Algunos expertos fijan ya una cuarta ola para principios de mayo, algo más suave que las anteriores.