El pasado domingo, 27 de diciembre, coincidiendo con el día de la Sagrada Familia, el Papa Francisco anunció un año especial dedicado a la Familia. Comenzará el próximo 19 de marzo de 2021, festividad de San José, y concluirá con el X Encuentro Mundial de las Familias, programado en Roma, el 26 de junio de 2022.
El Papa ha explicado que “este Año especial será una oportunidad para profundizar en los contenidos del documento ‘Amoris laetitia’”, (La alegría del amor, en latín) es la segunda exhortación apostólica del Santo Padre, publicada en 2016 y en la que reflexiona sobre la belleza y la alegría del amor familiar.
Esta iniciativa pretende “llegar a todas las familias del mundo a través de diversas propuestas espirituales, pastorales y culturales que se podrán llevar a cabo en las parroquias, diócesis, universidades, movimientos eclesiales y asociaciones familiares”, cuentan en un comunicado el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida. “La experiencia de la pandemia ha puesto de relieve el papel central de la familia como Iglesia doméstica”, expresan.
¿Qué objetivos se han marcado para este año especial?
1. Difundir el contenido de la exhortación apostólica “Amoris Laetitia”, para “hacer experimentar que el Evangelio de la familia es alegría que llena el corazón y la vida entera” (AL 200). Una familia que descubre y experimenta la alegría de tener un don y ser a su vez un don para la Iglesia y la sociedad, “puede llegar a ser una luz en la oscuridad del mundo” (AL 66). ¡Y el mundo de hoy necesita esta luz!
2. Anunciar que el sacramento del matrimonio es un don y tiene en sí mismo una fuerza transformadora del amor humano. Para ello es necesario que los pastores y las familias caminen juntos en una corresponsabilidad y complementariedad pastoral, entre las diferentes vocaciones en la Iglesia (cf. AL 203).
3. Hacer a las familias protagonistas de la pastoral familiar. Para ello se requiere “un esfuerzo evangelizador y catequístico dirigido a la familia” (AL 200), ya que una familia discípula se convierte también en una familia misionera.
4. Concientizar los jóvenes de la importancia de la formación en la verdad del amor y el don de sí mismos, con iniciativas dedicadas a ellos.
5. Ampliar la mirada y la acción de la pastoral familiar para que se convierta en transversal, para incluir a los esposos, a los niños, a los jóvenes, a las personas mayores y las situaciones de fragilidad familiar.