La Virgen del Rocío ha amanecido en este segundo domingo de Adviento vestida de Reina, para celebrar la festividad de la Inmaculada Concepción. Un dogma con el que la devoción rociera tiene una estrecha vinculación, como se refleja en el acta del patronazgo, en 1653.
Las hermanas camaristas la han vestido con la saya que luciera para su venida, en agosto de 2019, confeccionada por el diseñador almonteño José Manuel Vega, a partir de un antiguo manto, datado del siglo XVIII, cuyo brocado de seda se enriqueció con piedras naturales semipreciosas, canutillos y lentejuelas de oro. Ahora, Vega Morales ha realizado las sobremangas y el cuello con piezas de este mismo manto, para completar el terno del traje de Reina.
El Pastorcito viste el traje celeste, realizado en 1986 por los hermanos Benítez y pasado a nuevo tisú en 2011. En este color, propio de este tiempo, vemos detalles como la doble sobremanga de la Virgen y el manto, original del 86, que ha sido teñido en un azul oscuro. Las flores que luce son rosas y orquídeas.
Volvemos a ver a la Virgen con las ráfagas de rayos biselados, unos atributos que no lucía desde 2013, en la efeméride del Bicentenario del Rocío Chico. A juego, lleva la corona, la media luna cerrada y el resplandor del Niño, que estrena un orbe en plata y turquesa, donado por José María Carrasco Sala.